Artículo de opinión: resultados, no discursos: así se construye un banco con propósito

Jorge Eduardo Sánchez Sibaja
Presidente, Junta Directiva Nacional del Banco Popular

En momentos donde el país exige resultados tangibles, confianza y visión de futuro, los indicadores recientes del sistema bancario no dejan lugar a dudas: el Banco Popular y de Desarrollo Comunal está haciendo las cosas bien. Mejor aún, demuestra que es posible hacer banca desde una lógica distinta, con eficiencia, responsabilidad y compromiso social.

Los datos divulgados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) a junio de 2025 lo confirman. En medio de una desaceleración general en las utilidades del sistema bancario costarricense, solo dos bancos lograron mejorar su resultado neto. Uno de ellos fue el Banco Popular. Nuestra utilidad neta creció en ₡1.727 millones respecto al primer semestre del 2024, alcanzando los ₡13.690 millones, lo que equivale a un aumento del 14,44%. Este crecimiento refleja una administración rigurosa, preparada y técnicamente solvente, que ha sabido equilibrar rentabilidad, riesgo y propósito.

También destacamos en el Índice de Suficiencia Patrimonial —que mide la capacidad de los bancos para enfrentar riesgos— con un sólido 21%, el más alto entre los bancos públicos. Este resultado nos posiciona como una de las instituciones con mayor fortaleza patrimonial del sistema financiero nacional, incluso en un entorno marcado por la apreciación del colón y la disminución generalizada de las tasas de interés.

Estos logros se suman a los resultados reflejados en nuestro XIV Reporte de Sostenibilidad 2024. Durante ese periodo, alcanzamos una utilidad histórica superior a los ₡22.000 millones, incrementamos la cartera de crédito en casi un 16%, y consolidamos nuestro liderazgo como el banco de las personas trabajadoras. A esto se suma el crecimiento de nuestra base de clientes y la participación de mercado en el segmento de crédito.

¿A qué responde todo esto? A una convicción profunda: el Banco Popular no está para favorecer intereses particulares ni para convertirse en instrumento de coyunturas. Está para servir, construir y abrir caminos. Para sembrar bienestar donde más se necesita, con innovación, sensibilidad y cercanía.

Atrás quedaron los tiempos de desconfianzas internas. Hoy contamos con un equipo que trabaja con mística, compromiso y conocimiento. Nos une el sentido de propósito y la responsabilidad de guiar el presente y el futuro del banco de las personas trabajadoras de Costa Rica.

Este nuevo rumbo es reflejo del trabajo articulado entre la Junta Directiva Nacional y la Alta Administración, cuya coordinación eficaz ha permitido enfrentar con visión estratégica desafíos complejos del entorno actual. Lo demostramos con la absorción de la cartera de Coopeservidores, ejecutada con agilidad y sensibilidad, y al sostener la rentabilidad en un contexto financiero retador, sin perder de vista nuestro compromiso con la gente.

Respaldamos plenamente este modelo de banca distinta, donde los balances van de la mano con los valores, la sostenibilidad y la misión social. Pensar en grande es nuestra responsabilidad, porque esa debe ser la medida de nuestra ambición cuando el bienestar de millones de personas está en juego. La transformación tecnológica, la inclusión financiera y la sostenibilidad ambiental no son promesas de futuro, son tareas del presente.

Seguiremos avanzando, hombro a hombro, con la mirada puesta en un horizonte más justo. Queremos que cada acción, cada crédito y cada resultado refleje un Banco moderno, cercano y ético. Porque, aunque los indicadores hablan claro, sabemos que la tarea por delante es enorme. Y la asumimos con decisión, junto a las personas trabajadoras, para seguir forjando una Costa Rica más equitativa, próspera, inclusiva, solidaria y sostenible.

Source
Carmen Picado

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